Mentalidad ágil

Mentalidad ágil

El mundo de los negocios evoluciona a ritmos vertiginosos. Lo que hoy es una tendencia novedosa para los consumidores, en cuestión de meses, por no decir semanas, se vuelve obsoleta y fuera de época. En respuesta, las empresas necesitan no solo mantenerse a la par de las necesidades y preferencias de sus usuarios y consumidores, sino estar siempre un paso delante de las mismas.

La gran pregunta que constantemente surge es, por supuesto, ¿Cómo?, ¿Qué metodologías y herramientas pueden ayudar a alcanzar esto? ¿Qué perfil contrato? Y el clásico, ¿Cuánto me va a costar?

La respuesta va más allá de metodologías y herramientas, de profesionales con palmareses académicos impresionantes, y de cifras acompañadas de ceros. La estrategia necesaria para mantenerse a la vanguardia del mercado está realmente en la mentalidad de los equipos. Una mentalidad que invita a entregar valor de manera rápida y continua. Una mentalidad que valora más a los individuos y capacidades del equipo, antes que a procesos y metodologías. Una mentalidad de trabajar junto con el cliente, en lugar de aislar al equipo puertas adentro. Una mentalidad que abrace el cambio, sin importar la etapa y cuanto esto afecte al plan. Una mentalidad que dé prioridad a satisfacer al cliente… Una mentalidad Agile.

La forma ágil de dirigir una organización redefine el concepto mismo de una corporación que ha prevalecido durante los últimos cien años. En lugar de una corporación concebida como una máquina eficiente de estado estacionario destinada a explotar su modelo comercial existente, la organización Agile es un organismo vivo en crecimiento, aprendizaje y adaptación que está en constante cambio para explotar nuevas oportunidades y agregar nuevo valor para los clientes. Agile reconoce que el futuro de una empresa depende de inspirar a quienes hacen el trabajo para acelerar la innovación y agregar un valor genuino a los clientes. Para Agile, la clave del éxito no es hacer más trabajo más rápido. La clave es ser más inteligente generando más valor de menos trabajo.

El surgimiento de Agile como un gran movimiento global, que va más allá de su génesis en la industria del software, está impulsado por el descubrimiento de que la única forma en que las organizaciones pueden hacer frente al turbulento mercado actual es convertirse en empresas ágiles. Gracias a sus principios de colaboración, comunicación abierta, confianza, independencia, eficiencia y entrega continua, es justamente Agile, el marco de trabajo que permite a las organizaciones dominar el cambio continuo y prevalecer en un mundo cada vez más volátil, incierto, complejo y ambiguo.

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